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cajicá, alcaldia, tursimo
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Cajicá ciudad ancestral que pertenecia al zipasgo Muisca

Cajicá en lengua muisca significa “fortaleza”, estuvo situada desde épocas prehispánicas en el sitio conocido como Busongote o Sumongotá (conocido en lengua muisca como “cerca de cañas entretejidas”) espacio geográfico comprendido entre el cerro Monte Pincio (Busongote) y el cerro de las Manas, ubicado a 2 kilómetros de donde actualmente es el pueblo de Cajicá. Este punto fue un lugar estratégico, ya que desde allí se podía divisar todo aquel que ingresaba al territorio, el lugar quedaba situado en el camino entre Chía y Zipaquirá.

Cajicá, es un municipio ancestral al igual que los municipios que conforma la provincia de Sabana Centro del Departamento de Cundinamarca, estos pueblos hacían parte del Zipasgo Muisca desde antes de la llegada de los españoles y estaban regidos por el gobernado Zipa, en esa época este lugar era reconocido como “el Bogotá”.

En 1.537 durante la llegada de las tropas conquistadoras al mando Gonzalo Jiménez de Quesada, se tuvo el primer encuentro con los habitantes del Zipasgo Muisca ya que el Zipa Bogotá, encomendó la tarea de la defensa al poblado de Cajicá, mientras él se escondía para retrasar la persecución de los españoles. Durante el encuentro los Muiscas desafiaron a los españoles, aunque fueron derrotados por el pánico que se sembró en ellos al ver un hombre montado en un caballo con las diferentes armas que llevaban.

Las crónicas de la conquista, reseñan que en este sitio fue encontrado un poblado indígena construido en caña, madera y paja, al que los españoles le llamaron PUEBLO NUEVO, en ninguna de las crónicas de la época de la conquista se menciona un cercado de piedra.

Se presume que este cercado fue construido años después en la época de la Colonia al igual de “la casona” con “el portal” de la entrada al lugar de Monte-Pincio que tienen características de la arquitectura colonial. Durante esta época estos recintos eran construidos y utilizados por personas que tenían apego a la tierra, de allí derivada su prestancia y bienestar. Estas familias de acuerdo a su posición social, pasaban largas temporadas en sus casas de campo.