Desde los años 90 lugares emblemáticos de Cajicá formaron parte de la primera ruta gastronómica que se denominó la ruta de “La Mesa del Cacique”, una ruta gastronómica que iniciaba justo donde concluían los predios de Bogotá, por la carrera séptima o por la misma autopista norte. El recorrido encontraba su punto final en los poblados de Chía y Cajicá a tan solo 20 kilómetros de la ciudad.